La economìa destruida por la guerra

Francisco Solano López comenzó a gobernar en 1862 con una corta duración por la guerra de la Triple Alianza. Al asumir su gobierno, la política económica fue caracterizada por ser más populista ya que intensificó las políticas que había iniciado su padre, estableciendo premios para los agricultores, enviando estudiantes pobres a Europa, otorgó préstamos a lo que hoy en día denominamos PYMES y todo en base a un gran impulso y al desarrollo del ferrocarril. De no haber existido la interrupción en estas medidas, el Paraguay hubiese logrado una estructura económica interna robusta que acompañe su política comercial externa.
Ya en ambiente de guerra, el presidente Francisco Solano López decretó en 1865 una emisión de títulos por 5.000.000 (cinco millones) de pesos. Asimismo, se autorizó el uso del oro, plata y demás herencias financieras de la administración anterior para el pago de los técnicos extranjeros que prestaban sus servicios en el país y para la compra de material bélico en Europa. Ese mismo año, al iniciarse la contienda bélica, los adversarios establecieron un bloqueo económico total al Paraguay, con fuerte impacto en la economía paraguaya. El temor de los saqueos propios de una guerra hizo que, como manera de proteger la riqueza del país, fueran enterrados los numerarios y metálicos del Gobierno y de la población.





Monedas Campamento utilizadas durante la Guerra del 70.


De 1865 a 1870 el Paraguay no solo sufrió la humillación de la guerra, sino el saqueo, la destrucción de una nación progresista. La guerra desbastó al Paraguay, haciendo desaparecer la riqueza pública y privada, y estancando al Paraguay a los designios de pobreza y humillación no solo política sino económica. El más pujante capital del Paraguay: su infraestructura había desaparecido, la mayor parte de los caminos, calles, puentes, las vías de ferrocarril, la marina mercante ya que fueron arruinadas y destruidas.
Con la guerra de la Triple Alianza y los saqueos y robos, desaparecieron muchos derechos y muchos propietarios, lo que permitió a los gobiernos posteriores la oportunidad de declarar como "tierras fiscales" a grandes extensiones del territorio nacional, sean ellas explotadas productivamente o no. Así, de haber sido país líder en Sudamérica con grandes pasos de crecimiento económico, pasó a ser un país pobre, humillado, disminuido territorialmente y con una gran deuda pública ante los contrincantes ganadores.

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